jueves, 6 de marzo de 2014

Abrir los ojos no es fácil

Hola. ¿Sabés qué? Sos un pelotudo. Sí. Así nomás, sos un pelotudo.

Por sólo leer esto y pensar que no lo sos, sos aún más pelotudo. Todo argentino nace en un nivel básico donde cree en las reglas y el orden, con suerte. Luego sale a la calle y, ante la cruda realidad, se arma una coraza donde todo fuera de sí es pelotudo. Como de repente no existe Dios y el Gobierno no cumplió con lo que prometió, ni tampoco existe el Comunismo, ni Papá Noel ni el Topo Gigio, el mundo es una mierda. Como te convencieron de algunas pocas verdades a falta de experiencia propia, compraste el berretín de que la vida no tiene sentido. Son todos putos.

La gente es pelotuda. El que tiene gustos diferentes a los míos es un pelotudo. El que es de otro barrio, de otro cuadro de fútbol, de otro partido político o de color de medias distinto es un pelotudo. Sumado a que sos un homofóbico y psicópata, el otro es un pelotudo, un puto y le vas a romper todo, va a correr de vos porque sos lo más y él es un cagón y no tiene aguante.

 Y agitás el trapo, y le gritás, y repetís: "Puto, cagón, culo roto, careta, tragaleche, la tenés adentro". Por eso sos un pelotudo. Pelotudo. Pelotudo, Pelotudo. Puto. Pelotudo. Forro. Cagón. Culo roto. Puto. Pelotudo. Puto. Muy puto. Puto. Puto...

Porque tu camino es rectilíneo. Soplaste veintiún velitas y ya sos un hombre completo. Para esta altura, quizás ya tenés un empleo, un auto y hasta buena parte de una carrera en tu haber. Ya votaste un par de veces y te creés que las sabés todas. Papá te dijo que los manifestantes y los docentes no quieren laburar, que las minas son todas putas, "que el mundo fue y será una porquería". Que al mundo venimos a sufrir. Mas también te la pintan de que hay que darse en vida todos los placeres terrenales. Sabés que para lograrlo y ser feliz todos tienen que laburar, tener una novia, juntarse, reproducirse, ver el partido, mirar películas yankis, salir de joda hasta arruinarse y morir de viejo puteando por una puta jubilación, porque a esa edad ya no servís para una mierda. Porque tu cuerpo joven se habrá desvanecido, signo de que vos también vas a perderte en el vacío para siempre, pero hoy ya sabés la fórmula para ser feliz.

Y no nos olvidemos de todas las pelotudeces que vienen de regalo: "El tiempo corre". "Todo tiempo pasado fue mejor". "Sálvese quien pueda". "Estoy más allá del bien y del mal" (dicho por gente que no leyó una página de Nietzche, aclaro). "Todos tenemos un destino", "Todo ocurre por alguna razón", "Qué sé yo"...

Tenés todo re claro, pero, ¿Eso no me hace groso? Te preguntarás...No, sos un pelotudo dando vuelta en círculos. Puedo decir que yo soy un pelotudo por decirte pelotudo entonces. Mas yo ya no veo el mundo de forma bipolar entre los que son pelotudos y no, entre los demás y yo. No me mido con la regla de la pelotudez. Cada cual tiene su historia, su mambo, su lucha, sus sueños. Salir a decir quién es pelotudo según tu opinión, es ser un pelotudo, un puto culo roto sin vida propia, la peor basura. La opinión de los demás está para que se la metan en el culo. Nadie pide tu opinión, nadie le interesa saber qué te parece, pero vos por las dudas, decís que son todos pelotudos. Sos un argentino de mierda.

Sos un pelotudo hasta que empieces a ver con los ojos del corazón qué mierda es lo que VOS querés. Será que, en el fondo, VOS sos el Gran Pelotudo Nacional, y para no sentirte un sorete, tenés que salir a señalar a los demás. Sos Hitler con guitarra eléctrica subido a un colectivo arrasando con todos los putos que aparecen. Putos y pelotudos que tu imaginación crea, que tu acotada visión reproduce. Porque, en realidad, y para desgracia tuya, el que la tiene adentro sos vos. Puto.

Esto que estás leyendo no te lo digo a vos, que ni sé quién sos. Esto me lo dije yo mismo hace unos días. Ya no quiero vivir más con la presión de satisfacer a nadie, ni con el ardor de juzgar a los demás. Hago la mía.

Abrir los ojos no es fácil.

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